Durante las últimas décadas los vehículos eléctricos o Electric Vehicules (EV) e híbridos se han convertido en una estrategia viable ¿junto con las fuentes renovables de energía¿ para reducir la cantidad de gases de efecto invernadero (CO2) que cada año se introduce a la atmosfera [1]. Este medio de transporte es considerado como un avance tecnológico que busca reemplazar en el mediano y largo plazo a los vehículos de combustión interna. Diferentes reglamentaciones y regulaciones [2] han sido planteadas por los gobiernos con el fin de motivar la utilización de este tipo de transporte para diferentes aplicaciones: transporte de carga, transporte masivo y personal. Dichas reglamentaciones están dirigidas a productores de equipos, comercializadores, usuarios finales, y hasta empresas de comercialización de energía, con el
fin motivar la introducción de los mismos al reducir sus costos de fabricación, utilización y venta. A nivel internacional diversas investigaciones se han enfocado en desarrollar nuevos convertidores para la carga y descarga de los elementos almacenadores de energía de los EV. También se han enfocado en mejorar los tipos de materiales y procesos de manufactura para producir baterías más eficientes y duraderas. En Colombia con la puesta en marcha del plan ¿? que pretende ¿? y diferentes investigaciones
se han enfocado en explorar nuevos materiales que permitan hacer más competitivo el EV.