La obra poética de Carlos Martinez Rivas (Ocós,Guatemala, 1924; Managua,Nicaragua1998) puede considerarse un hito en la poesía iberoamericana: por el arte poético realizado, por la originalidad temática, por el volumen de poemas legado. Su obra poética (2007) recoge casi la totalidad de sus versos escritos y fue destruida por la dictadura, colocando una dificultad en las ediciones conservadas, están maltrechas, anotadas, mal escaneadas, etc. Sumado a esto la reticencia del autor a editar su obra en vida. Lo cual ha conducido a una carencia casi absoluta de la investigación crítica de los poemas, no permitiendo una interpretación ajustada a la realidad develada por los mismos. La escasa critica ha estado enfocada en la presentación de algunos poemas y a diversos rasgos biográficos; salvo dos o tres autores han tematizado algunos poemas, y esto puede considerarse como el acervo bibliográfico de la actualidad.
El problema a desarrollar sería ¿La obra de Carlos Martínez R. puede ser considerada como un canon de poesía española que responde a una tradición de la lengua, situándose como una obra sublime que emerge de las condiciones de cognición del poeta, de la posibilidad histórica de la lengua y el reconocimiento de una obra de arte a partir del resplandor de las figuras y la imaginación temática? Esta pregunta puede desarrollar la exégesis de los poemas contenidos en su obra mayor ¿La Insurrección Solitaria y Varia¿ (1996), señalando que el título obedece a un plan agónico de las obras poéticas expuestas como canón secularizado. Además, permite una interpretación de las claves metafóricas que pueda descifrar el centro de gravedad conceptista de la mayoría de los poemas de dicho poemario.
Para alcanzar tal pretensión se tomarán los teóricos Gombrich, E. (1997) sobre la necesidad de las convenciones y reglas establecidas por el lenguaje en su infinita flexibilidad, que permite la creación, el aprendizaje permanente, la retroalimentación, el ensayo y el error, logrando vincular el concepto de tradición como lo imprescindible del potencial creativo. Bloom, H, (2011;2015;1991) donde canón, significado y verdad operan como la tríada que propicia la posibilidad crítica de un cosmos repleto de originalidad, porque representa la esencia de la invención, la rectificación de la obra anterior o texto agónico, la dimensión de la verdad y el significado como modos antitéticos del conocimiento, donde nada se renueva, sino que se pone en marcha. Longino (1968) La sublimidad reside en la elevación, el mantener el tono sin depresiones, la profusión de pasajes que están lejanos a la vida misma, el abandono de los límites. ¿Gracias a las pasiones y lo sublime del discurso, que son lo más próximas a nuestras almas y tienen un cierto parentesco natural con nosotros y a su resplandor, manifiestan con más fuerza que las figuras, oscurecen su artificio y lo mantienen oculto¿. El arte de la poesía oculta ese relámpago que posibilita la sucesiva meditación después de ver la obra sublime, de seguir el ordenamiento de los elementos léxicos, dispuestos armoniosamente, hechos con palabras que no tienen nada de extraordinario, porque su verdad está contenida en su nueva significación, señalando la unión entre inspiración y arte. Benjamin, W. (2012;2007;) declara la modernidad como apartamiento, ausencia, signos de un héroe que busca refugio en algo que se asemeja al esfuerzo físico. La disposición del poeta moderno Baudelaire realiza ¿La anatomía de la influencia¿ que permite que el significado sea alegórico, por tanto, irónico. La alegoría se convierte en la armazón artística de la 2 modernidad y en el diseño de la obra de Martinez Rivas, que encuentra en esa forma de atrapar la realidad, la vaciedad de la apariencia, la disipación de lo ilusorio, convirtiendo el interés de la alegoría en lo óptico, en la manera artística de captar las imágenes como un régimen arbitrario sobre las cosas. Y la ironía como conditio sine qua non de la poesía. Blanchot, M. (196