I Encuentro Nacional Sobre Políticas Institucionales Para el Desarrollo de la Lectura y la Escritura en la Educación Superior
Resumen:
Frente a la pregunta ¿Qué leemos en la Universidad? La enorme variedad de posibilidades de respuesta se agota y se reduce a una sola: “textos escritos”. Esto me llevó a experimentar durante un tiempo con distintos tipos de texto, para luego concluir que el proceso de lectura resulta enriquecedor en la medida en que brindemos a nuestros estudiantes la oportunidad de leer otros textos, además del escrito: pictórico y fílmico (pinturas, fotografías, películas, videos, mapas, entre otros).
Desde esta perspectiva la variedad de posibilidades temáticas es enorme. En mi caso, se
centra en el tema de la ciudad como ese libro abierto siempre, que tendrá tantos lectores
como personas que transiten por ella (ya sea como habitantes, turistas o transeúntes).
La ciudad es un espacio transformador y transformado, construido, destruido y vuelto
a construir una y otra vez. A lo largo de la historia ha sido el símbolo por excelencia de la creación y de la destrucción humana y es un libro abierto constantemente para quien quiera transitar por sus páginas. En esta medida, se convierte en un escenario fundamental de aprendizaje y a través de una lectura minuciosa en el día a día de nuestro recorrido por ella, aprendemos a verla desde distintas miradas, a escuchar sus ruidos, a disfrutar o repudiar sus olores, a degustarla en los diversos sabores... a vivirla.
En esta oportunidad compartiré una experiencia centrada en la lectura de la ciudad,
y más específicamente de Bogotá, a partir de sus ruidos, sus olores, su arquitectura, historia, problemática, lugares de interés, entre otros. Para el desarrollo de estas temáticas se recurrirá constantemente a la lectura de diversos tipos de texto y se producirán otros, que son el resultado de la experiencia y de la vivencia personales de los estudiantes durante sus recorridos por la urbe.Esta experiencia adquiere un valor aun mayor, puesto que las transformaciones no sólo se hacen evidentes en los procesos de lectura y escritura de los estudiantes, sino que éstas parten de los cambios en su actitud como individuos frente a la ciudad, en las relaciones con su entorno y con otros ciudadanos y generan una vinculación consciente y directa de ellos en la solución de los problemas de la ciudad en la que habitan (ya sea de manera fija o transitoria) y que es el escenario de sus vidas.