II CONGRESO INTERNACIONAL CÁTEDRA UNESCO LECTURA Y ESCRITURA
Resumen:
En diversas oportunidades hemos constatado que los alumnos que ingresan a primer año de la universidad tienen problemas para procesar y recordar la información de textos expositivos y argumentativos. Investigaciones realizadas en Estados Unidos y en varios países de América Latina han descubierto que un gran porcentaje de estudiantes comprende los textos expositivos y argumentativos sólo a un nivel básico (Moore, 1995; Martínez, 1999; Balmayor y Silvestri, 1999).
Un hecho importante que podría explicar el mayor grado de dificultad que presentan los textos expositivos y argumentativos para el alumno lector en Chile sería la poca atención que le habían otorgado los profesores antes que se empezara a aplicar la Reforma Educacional. En comparación con los textos narrativos, los alumnos han estado menos expuestos a ellos durante la enseñanza media. Diversos autores como Meyer y Freedle (1984), Pearson y Camperell (1994), Grabe (1995) y Moore (1995) afirman que la estructura del texto influye en la comprensión. La habilidad para reconocer estas estructuras retóricas en un ensayo puede ser de considerable ayuda, sobre todo para alumnos universitarios, por cuanto el conocimiento de las estructuras textuales facilita la comprensión permitiendo organizar el contenido de un texto en forma más eficiente (van Dijk y Kintsch, 1983; Taylor, 1992; Moore, 1995).