II CONGRESO INTERNACIONAL CÁTEDRA UNESCO LECTURA Y ESCRITURA
Resumen:
Tras la aparente facilidad con la que un buen lector comprende un texto escrito, subyace una cantidad de conocimientos y acciones que se aplican de manera simultánea y más o menos automática. En realidad, la lectura es una actividad extremadamente compleja en la que se ponen en juego numerosos procesos cognitivos, desde la percepción global de las letras hasta la obtención del significado. Supone, además, un proceso de construcción en cuanto el lector, debe integrar los nuevos elementos que el texto le ofrece con los conocimientos almacenados en su memoria. Gagné (1991) señala que un lector considerado eficiente, no sólo debe manejar aspectos del procesamiento fonológico, léxico, sintáctico, semántico y textual que en su conjunto se suelen calificar de metalingüísticos, sino que es indispensable que posea, además, ciertos conocimientos de índole metacognitivos. Lo que un lector sabe o cree acerca de la actividad de leer, de las estrategias cognitivas que puede aplicar durante su lectura o de los factores que pueden influenciar su lectura le permitirá regular y controlar, en mejor forma, el proceso en el cual está inmerso. Todo ese saber que puede ser denominado metacomprensivo tiene su origen en la teoría flavelliana de los aspectos metacognitivos que afectan las tareas perceptuales e intelectuales que realizan los sujetos. (Flavell, 1979, 1984, 1985).