El siguiente es el texto de la columna que el Rector de la Universidad Tecnológica de Pereira, Ingeniero Luis Enrique Arango Jiménez, publica esta semana en el periódico La Tarde, se denomina Los Indígenas a la Universidad.

La presencia de  estudiantes Indígenas en las Universidades es un hecho  que apenas se remonta a los últimos 20 años. A pesar de ser una población numerosa, que en el Censo de 2005 alcanzó la cifra de 1.378.884, casi 3,5 % de la población total; por razones objetivas,  el acceso a la Universidad apenas empieza a volverse realidad.

Algunas Universidades   han creado cupos   especiales para  jóvenes indígenas bachilleres, quienes compiten entre ellos en condiciones de igualdad para ingresar, logrando formarse como profesionales en Instituciones de calidad. Igualmente la ley y el Icetex han establecido becas y ciertas prerrogativas de financiación condonables.

Las decisiones de las Universidades se amparan en la autonomía y no en un mandato legal   que lo obligue. Por el contrario, numerosas demandas se han interpuesto por una pretendida vulneración del principio de igualdad, que ordena la Constitución al establecer que  no puede haber ninguna discriminación por razones de raza, sexo, religión, etc., etc. La justicia y las cortes han resuelto este litigio  a  favor de las etnias, señalando que  contribuye a que la igualdad sea real, pero advirtiendo  en todo caso   que esta acción afirmativa no puede ser desproporcionada.

Paradigmático el caso reciente  de alguna universidad pública que después de tener vigente un régimen de cupos especiales para indígenas  decidió eliminarlo; la corte Constitucional revisando un fallo  de  la Corte Suprema, que confirmaba negación de tutela,  lo revocó a favor de los indígenas ordenando que en  el próximo ingreso debía  tratarlos de nuevo de manera especial; entre los argumentos de la corte se manifiesta que si bien por autonomía la Universidad puede hacerlo, no puede cortarlo de tajo sin  crear algo alternativo.

La Universidad Tecnológica de Pereira, creó  en el año 2000 la circunscripción de minorías que le aseguró 5 cupos a los jóvenes provenientes de ellas, y en el caso de las etnias, significó mínimo un cupo en cada programa subsidiado. Esta determinación del Consejo Superior, propuesta por la administración, permitió  que con el tiempo, la población étnica fuera aumentando, al punto que en  el  censo realizado en el primer semestre del año pasado, contábamos con 528 Afrocolombianos y  76 Indígenas.

Somos conscientes de que no basta con garantizarles el ingreso; la Universidad a través de la Vicerrectoria de Responsabilidad Social y Bienestar Universitario, desarrolla de acuerdo a sus posibilidades  un acompañamiento y apoyo permanentes, que pretende facilitar la retención  y el egreso exitoso.

Hoy en día ambas etnias se han organizado al interior de la Universidad  y participan de  acuerdo a su leal saber y entender con entera libertad de  la vida Universitaria; de ello dan fe, la organización Afro UTP,  y el cabildo Indígena de la Universidad Tecnológica de Pereira.

Me provocó relatar estos hechos después de asistir la semana anterior, como testigo,  a la posesión del Cabildo  Indígena aludido  en el auditorio Jorge Roa Martínez, con la asistencia de  voceros de cabildos de otras universidades, entre las que recuerdo Cauca, Nariño y Caldas. Fue muy  grato ver a diversas autoridades indígenas con sus atuendos y bastones de mando, armados de lap tops  para sus intervenciones, reclamando con energía su derecho a respetarlos en su diversidad.

No será hora de que la legislación le otorgue derechos incontrovertibles a las etnias,  que no  tengan que estar mediados por la voluntad de algunas Universidades y a  las  interpretaciones de las cortes? Por qué,  en honor a la igualdad real,  no establecer un  % mínimo de cupos que deban ser ofrecidos a los actores en debilidad?.  De ahí en adelante que juegue la autonomía. 

Luis Enrique Arango Jiménez