La información elaborada por los reporteros de este diario y procedente de la Secretaría de Salud de Risaralda fue como para abrir primera página con un titular de novela que bien podría haber sido “Los Tres Mosqueteros atacan la salud de los risaraldenses”, lo que no tiene nada que ver con la novela histórica de Alejandro Dumas, sino como una alusión al dengue, chikunguña y el zika, ya que los tres virus son transmitidos a las personas por el mismo vector o mosquito y según la ciencia médica, las personas pueden ser víctimas de uno de ellos e incluso de los tres.
Y la noticia, sin querer, “picó” duró entre los lectores del periódico por la fuente fue oficial y porque se dieron a conocer cifras de las últimas 2 semanas sobre las personas afectadas por estos tres enemigos de la salud, discriminados de la siguiente manera: dengue 845 casos con mayoría de personas infectadas en Pereira; chikunguña 453 y zika 446.
La alarma cundió entre las mujeres en capacidad reproductiva cuando en información adicional se anunció que 65 gestantes portan el zika debido al riesgo de deformaciones en el feto de las embarazadas contagiadas.
Los científicos
Otra noticia que estaba entre telones, relacionada con dichos virus y sus vectores transmisores, llegó después a la redacción dando cuenta de un grupo de científicos y Semillero de Investigación en Salud Pública e Infección, Gispei, con base de operaciones en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Tecnológica de Pereira, con el mérito de haber dado indicaciones a la comunidad médica y científica de Colombia y América Latina de la llegada inminente del zika y con ello empezar a diferenciar los sistemas clínicos con dengue y chikunguña, así como hacer el diagnóstico de laboratorio de la nueva enfermedad.
Teniendo tan cerca a este grupo de investigadores del campo de la salud pública e información, lo mismo que del semillero de estudiantes universitarios, me obligó a llegar al alma mater una noche después de asegurarme que en el camino no acechaba ningún mosquito transmisor del virus, enemigo por estos tiempos de la buena salud y al que la población entera le está sacando el cuerpo.
En la facultad
En el encierro dichoso al que se han autocondenado los científicos e investigadores sorprendimos a algunos integrantes del Gispei.
Allí en ese espacio como escondido y profundo de la Universidad Tecnológica pero que es el gran salón de la Facultad de Ciencias de la Educación, se encontraban tres hombres cual caballeros andantes y los cuales investigan y si se quiere atacan todo lo relacionado con El dengue, el chikunguña y el zika.
Uno de estos investigadores es el doctor Alfonso J. Rodríguez Morales. Este médico, oriundo de la ciudad de Caracas, hace tantos años reside en Pereira (11) que ya se le perdió el acento venezolano y no tiene nada que envidiarle a un típico paisa, pues viste tan informal que no le falta sino el poncho y el carriel. Sostiene con una alegría de pregonero de carnaval que está aquí gracias a que fue invitado por primera vez en el año 2010 a un evento programado por la Secretaría de Salud del Municipio y le encantó saber que “en Pereira no hay forasteros”.
La frase hizo nido en su corazón debido a que luego volvió para casarse y ser profesor de la Universidad Tecnológica.
Este venezolano ahora también pereirano, de actitud suelta y diálogo jocoso, se pasa la mano por la cabeza como queriendo organizar su cabello abundante, y sume el abdomen para ajustar la chaqueta deportiva que lucía esa noche.
El doctor Rodríguez Morales es igualmente el presidente de la Asociación Colombiana de Infectología para el Eje Cafetero y secretario a nivel nacional, y lidera científicamente los proyectos como investigador senior reconocido por Colciencias.
“Con otros investigadores dimos a conocer el primer estudio bibliométrico a nivel mundial sobre el zika hasta la fecha, siendo el que alertó sobre la importancia de la enfermedad, pero el poco nivel de investigación en una condición que tiene casi un siglo desde que posiblemente apareció en el año de 1890, de acuerdo a estudios recientes”.
Recalca luego que “este estudio ha sido muy considerado y citado recientemente en la Organización Mundial de la Salud en la publicación State of Knowledge on Zika virus For And Adequate Laboratory Response”.
A su lado como debatiendo tesis está con toda la elegancia que la corbata pone al hombre, John Jairo Vera, “grano dorado” ya que dice ser oriundo de Chinchiná, ciudad que produce un buen café liofilizado. Sabe de todo un poco, es profesional en zootecnia, profesor de la universidad, escritor, historiador y al mismo tiempo se ríe de todo ya que habla sin dejar de hacerlo.
Dice con un tono de satisfacción que como zootecnista tiene una investigación sobre el uso de material multimedia en la educación superior con énfasis en parasitología veterinaria.
A pesar de ser un hombre tan estudiado y estudioso le queda tiempo para estar en la cocina y le gusta anunciar a sus amigos que está a punto de ser graduado como chef.
El es uno de los integrantes del grupo que investiga bajo la tutela silenciosa de los decanos que ha tenido la facultad, en fotos fijadas en una de las paredes del salón desde el primero que ejerció como tal en el año 1977, Arturo Campo, hasta el actual, el doctor Rodolfo Corrales.
Irrumpe
De un momento a otro irrumpe allí un joven con la informalidad del yin y camisa de cuadros que luce y se presenta ante mí como el médico Jaime Cardona. Para entrar en confianza nos revela que la mayor locura que ha cometido en su corta vida, 30 años, ha sido el haberse casado.
Su consorte que es una joven en plena cosecha de atractivos y a la vez colega suya , y la cual está a su lado como la mejor compañía que tiene, entiende que lo que dice su esposo es un chiste y sonríe.
Jaime Cardona se interesa tanto por todo lo relacionado con la ciencia médica que ya es uno de los investigadores del Gispei. Y este médico oriundo de Marsella (Risaralda) ya vuela alto en estas lides gracias a que tiene una maestría en biología molecular de la UTP y es profesor de semiología cardiovascular.
“Es la promesa del grupo de investigación”, acata a decir el codirector Alfonso J. Rodríguez Morales.
El semillero
En este mismo espacio y en una mesa de estudio y conferencias está el semillero de estudiantes entre los que podemos mencionar a Camila Yepes Echeverri, María Yamile Alvarez Ríos, Isabella Cortés Bonilla, Juan Sebastián Arias, Santiago Bedoya, Sebastián Ramírez, Wildeer Fernando Ortiz, Silvia Urbano, Shehana Tahir Silva, Mariet Liliana Betancurt, Carlos Fernando Narváez y Lina María Pasos Bucheli.
Tímidos al comienzo con la prensa, sin embargo al momento de la foto van de un lado al otro y sacan una sonrisa.
Se me dice que este diverso grupo conformado por estudiantes de medicina, veterinaria y zootecnia, médicos generales, médicos veterinarios y zootecnistas, salubristas, antropólogos, epidemiólogos, salubristas animales, entre otros especiales, magísteres y doctorandos, ha participado en más de 30 eventos científicos nacionales e internacionales en calidad de conferencistas y ponentes de trabajos de investigación, los que en el marco de muchos proyectos de investigación ya han conducido a la valiosa cifra de 119 artículos publicados en revistas científicas internacionales.
De un momento a otro, somos nosotros los periodistas los sorprendidos por ellos, los integrantes del grupo de investigación en salud pública puesto que se levantan asumiendo una actitud propia de científicos trasnochados y gritan en coro para los que tengan oídos oigan: “Que se sepa que la comunidad científica internacional ha aprendido más del zika en los últimos 6 meses que en 56 años de estudios continuos”.
Como los científicos saben lo que dicen y la Universidad Tecnológica de Pereira sabe lo que tiene, el pueblo siente que está al lado de unos sabios que lo defienden de los vectores que transmiten al hombre los virus del dengue, chikunguña y zika.
DETALLES DE PUBLICACIÓN
Autor (a): El Diario del Otún
Fecha: 29 de Marzo, 2016
Disponible: http://goo.gl/ZKPPLe